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martes, 27 de marzo de 2007

Benedicto XVI a los divorciados vueltos a casarse

El Papa Benedicto XVI propuso a los divorciados
vueltos a casar cultivar "un estilo de vida cristiano" y aunque precisó que
no pueden comulgar, recordó que estas personas "siguen perteneciendo a la
Iglesia".

En la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, el Pontífice abordó la
relación entre Eucaristía e indisolubilidad del matrimonio.

"Puesto que la Eucaristía expresa el amor irreversible de Dios en Cristo por
su Iglesia, se entiende por qué ella requiere, en relación con el sacramento
del Matrimonio, esa indisolubilidad a la que aspira todo verdadero amor. Por
tanto, es más que justificada la atención pastoral que el Sínodo ha dedicado
a las situaciones dolorosas en que se encuentran bastantes fieles que,
después de haber celebrado el sacramento del Matrimonio, se han divorciado y
contraído nuevas nupcias", explicó.

Según el Papa, éste es "un problema pastoral difícil y complejo, una
verdadera plaga en el contexto social actual, que afecta de manera creciente
incluso a los ambientes católicos".

En esta coyuntura indicó que "los Pastores, por amor a la verdad, están
obligados a discernir bien las diversas situaciones, para ayudar
espiritualmente de modo adecuado a los fieles implicados".

El Santo Padre reiteró que "el Sínodo de los Obispos ha confirmado la praxis
de la Iglesia, fundada en la Sagrada Escritura, de no admitir a los
sacramentos a los divorciados casados de nuevo, porque su estado y su
condición de vida contradicen objetivamente esa unión de amor entre Cristo y
la Iglesia que se significa y se actualiza en la Eucaristía".

Tras reiterar que "los divorciados vueltos a casar, a pesar de su situación,
siguen perteneciendo a la Iglesia", indicó que ésta "los sigue con especial
atención, con el deseo de que, dentro de lo posible, cultiven un estilo de
vida cristiano mediante la participación en la santa Misa, aunque sin
comulgar, la escucha de la Palabra de Dios, la Adoración eucarística, la
oración, la participación en la vida comunitaria, el diálogo con un
sacerdote de confianza o un director espiritual, la entrega a obras de
caridad, de penitencia, y la tarea educativa de los hijos".

Evitar divorcios
El documento papal recomienda "tener el máximo cuidado pastoral en la
formación de los novios y en la verificación previa de sus convicciones
sobre los compromisos irrenunciables para la validez del sacramento del
Matrimonio".

"Un discernimiento serio sobre este punto podrá evitar que los dos jóvenes,
movidos por impulsos emotivos o razones superficiales, asuman
responsabilidades que luego no sabrían respetar. El bien que la Iglesia y
toda la sociedad esperan del Matrimonio, y de la familia fundada sobre él,
es demasiado grande como para no ocuparse a fondo de este ámbito pastoral
específico. Matrimonio y familia son instituciones que deben ser promovidas
y protegidas de cualquier equívoco posible sobre su auténtica verdad, porque
el daño que se les hace provoca de hecho una herida a la convivencia humana
como tal", sostiene.

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